Wagner: Lohengrin - Preludio al acto III - Acadèmia Internacional de Música de Barcelona

El fruto de un verano en Marienbad

A lo largo de su vida, Richard Wagner escribió un total de 23 óperas, o “dramas musicales”, como gustaba llamarlas. En todas ellas, además de la música, aportó el guión y la escenografía, ímpetu dramático que lo acompañó desde la adolescencia.
Cuando tenía 19 años, escribió el libreto para “Die Hochzeit” (La Boda) y parte de la música. Decimos parte de la música porque después de enterarse del libreto, su hermana mayor le aconsejó abandonar el proyecto. Se trataba de una drama mórbido sobre una muchacha que mata a un pretendiente porque no lo deseaba, arrojándolo por la ventana de su habitación. La culpabilidad de la mozuela sólo se descubre cuando está a punto de casarse.

Muchos años después, en 1845, pese a sus incesantes dificultades económicas, Wagner era un compositor maduro y reconocido. Ya había escrito y representado Rienzi (1842), El Holandés Errante (1843) y Tannhäuser (1845).

La génesis
Wagner tenía recién 32 años, y decidió retomar la leyenda de Lohengrin y trabajar sobre ella. Era el verano de 1845, años en que Wagner se desempeñaba como maestro de capilla en la corte real de Dresde. Con su mujer, Minna, planificaban su visita anual a Marienbad, a tomar los baños. Wagner no deseaba otra cosa que disfrutar allí del ocio, releyendo poemas y leyendas alemanas de la Edad Media. Allí, en Marienbad, nació el libreto. El protagonista, Lohengrin, está tomado precisamente de un romance alemán del medioevo. Debe inspiración también a la épica francesa de El Caballero del Cisne, un cuento medieval sobre un caballero que rescata doncellas navegando en una barca arrastrada por un cisne.

La historia
Lohengrin es, por cierto, un drama de contenido histórico que aborda conflictos entre la Cristiandad y el Paganismo. Pero en palabras sencillas, digamos que la historia –que transcurre en el siglo décimo– cuenta los avatares de Elsa de Bravante, acusada injustamente de hacer desaparecer a su hermano, a la sazón un niño pero futuro duque. Un enigmático caballero llegará para protegerla y eventualmente tomarla en matrimonio, siempre y cuando nunca pregunte por su nombre. El caballero, naturalmente, es Lohengrin, quien como todo caballero del Santo Grial, debe permanecer en el anonimato mientras realiza sus buenas acciones. Lohengrin llega en una barca, remolcada por un cisne. En esa misma barca se irá cuando, Elsa, curiosa, pregunte por su nombre, acabando así con el encantamiento.

 
Lohengrin – Preludio al Acto III
La obra, en tres actos, fue terminada en 1848. La primera presentación tuvo lugar en Weimar, en 1850, bajo la dirección de Franz Liszt, porque Wagner se encontraba en el exilio luego de su participación en los levantamientos de mayo de 1849, en Dresde.
La obra es representada regularmente en los escenarios del mundo. Sus pasajes más reconocidos son también interpretados con frecuencia como piezas independientes. Entre ellos, El Coro Nupcial, o Marcha Nupcial del acto III, asi como los Preludios al Acto I y Acto III.

Este último, con duración de poco más de tres minutos, se presenta aquí en la versión es de la Orquesta Filarmónica de Viena, conducida por el director vienés Franz Welser-Möst. 

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